Como ustedes saben, el tema de la violencia en los estadios del Ecuador
ha vuelto a tomar fuerza debido a la muerte de un hincha de Liga de Quito a
causa de una riña dentro del estadio Casa Blanca. Cualquier persona con
capacidad de opinión no se puede quedar fuera de la ola de comentarios acerca
de la violencia, y yo no me voy a quedar atrás tampoco.
Resulta que a uno de mis contactos en Facebook se
le ocurre subir una canción homenaje a un hincha del Club El Nacional, que fue
asesinado por la denominada "barra
brava" (léase con desdén
lo que está entre comillas) Muerte Blanca, seguidora de la LDU (Q), hace un par
de años. El gesto me parece acertado, una canción que hable de un colega nunca
está demás, sobre todo si señala injusticias. Pero lo que me enchuchó fue el
comentario que acompañaba al vídeo que decía: "nxnk t olvidaremos
chino la vnganza se acrka...pxto ligayy..mierda bllancaa".
¿Leí bien? (por si acaso, no es burla a la manera
de escribir, eso ya será objeto de otro post) ¿La venganza se acerca? Respiré
un poco para calmar la ira, y me puse a pensar que el muchacho, de tal
vez 16 o 17 años, puede que no esté pensando correctamente, así que
intenté un acercamiento tranquilo, tratando de inculcar un poco de razón,
diciendo que responder a la violencia con violencia no lleva a ningún lado
porque uno se vuelve parte del problema que tanta tristeza causa y que fue la
inspiración para la canción. Mala fue mi sorpresa cuando un amigo de mi
contacto responde: "POR KE CHXCHAS TIENEN STOS KONTAKTOS KE NO ENTIENDEN
VERGA D LO KE VIVIMOS??? VERCH D KOMENTARIIOS, AWANT EL CHINO Y LA VENGANZA KE
LLEGARÁ"
Mientras la sangre me hervía, preferí dejar pasar
este comentario ignorante y no responder, puesto que hubiera causado una pelea
aún mayor en vista de que a la gente a la que me estaba refiriendo demostró no
tener nada en la cabeza.
No quiero que me malinterpreten, a mi me encanta
el fútbol. Una de las pasiones más grandes que siento es por el Barcelona
Sporting Club de Guayaquil. Y de igual manera me fascina ir al estadio. No hay
mejor sentimiento que gritar un gol y sentirte tan acompañado al escuchar la
voz de miles de personas que gritan lo mismo que tu. Pero aborrezco lo que el
espectáculo del fútbol en el Ecuador se ha convertido. No el juego per sè, sino
lo que las "barras
bravas" (desdén) están ocasionando. Hay gente que únicamente va
al estadio a buscar una pelea para demostrar lo machitos que son. Gente que
debido a esa actitud y a toda la mierda que se meten, fuman o inyectan no tiene
la más puta idea de que sucede en la cancha. Ojo que no estoy especificando a
una barra, esto sucede con todos los equipos en el Ecuador. Sin embargo,
identificándose con los colores del equipo, estos pseudo-hinchas se inventan
broncas entre equipos que acaban en los hechos mencionados arriba. ¿Qué gano yo
cayendo en el mismo juego en el que cae el otro? ¿Acaso no somos la misma cara
de una moneda, y por tanto deslegitimando esa identidad que hace que busque
pleito con quien se me muestra diferente? ¿Acaso tomando venganza de esa muerte
no soy la misma persona de mierda que pienso que mató a mi colega?
Existen procesos penales y jurídicos para
reclamar justicia en este tipo de situaciones. Quizás la falla que provoca
estos problemas es la falta de severidad para aplicar estas normas. Si estos
problemas se presentaran, y la justicia institucional actuara de manera fuerte
y oportuna, estos sentimientos de venganza desaparecieran.
Para continuar con la coyuntura actual, hay un
par de cosas que quiero opinar acerca de las decisiones tomadas por el
Ministerio del Deporte después de la última muerte acaecida en el entorno
futbolístico (no sean vagos, si no saben, googleen). El problema no es el
alcohol. El problema radica mucho más adentro, en la identidad que han tomado
ciertos sujetos con excusa de llamarse "barra
brava" (desdén). Al
prohibir la venta de alcohol en los estadios, están coartando la libertad de
quien desee tomarse una cerveza por el gusto de la misma, no para agarrar valor
para caerle a puñetes a alguien. La decisión tomada está equivocada, y como ya
lo mencioné, para mí, la solución está en crear castigos súper fuertes para
quienes decidan armar bochinche dentro de un estadio. Como lo hicieron en
Colombia, para citar el caso más cercano. Si algo de esto sucede, el castigo
allá es de uno a cinco años de reclusión mayor y la prohibición de entrar a
cualquier estadio de Colombia, nunca más.
Pienso que así, el fútbol volverá a ser una
fiesta, en la que familias de corazones divididos entre dos equipos puedan ir
juntos al estadio sin miedo a que los maten, o que les busquen venganza. Y así
desaparecerán esas estúpidas “barras
bravas” (desdén) con gente llena de mierda en la cabeza. Así, los que
amamos el fútbol, lo podremos ver con la alegría y la pasión que se merece.