Es que este es un tema - que no debería estar - en boga desde hace varios años, y a nivel internacional. Por lo acontecido con George Floyd, las protestas del 2019 en Ecuador, Chile y Colombia, los tiroteos en escuelas de EEUU que han llevado a la presencia de agentes de policía en escuelas (al respecto, les dejo este videazo detallado de John Oliver https://www.youtube.com/watch?v=KgwqQGvYt0g&ab_channel=LastWeekTonight), y demás casos, muy amplios como para mencionarlos a todos.
Yo voy a ser bastante claro en mi postura personal al respecto. Creo que tanto la policía como los militares sirven únicamente para sostener la desigualdad de clases, sometiendo a los más pobres, mientras son serviles a las clases económicas más poderosas.
En un inicio, institucionalmente, no parece haber razón para mantener un Ejército Nacional, a menos que tácitamente Ecuador siga pensando en recuperar el territorio perdido desde 1942. Esto, sin mencionar los gastos que se necesitan para mantener a este personal, y sus beneficios como los de jubilación temprana y pensiones altísimas.
En cuanto a la necesidad de una Policía Nacional, sí parece ser un poco más útil como referencia de un sistema de servicio y protección local contra los problemas propios de una sociedad, pero, a la vez, tendríamos que hablar un problema gravísimo que implica la formación que se les da a los gendarmes, al problema intrínseco de la corrupción que también les salpica, y las normativas legales que les permiten golpear brutalmente a vendedores ambulantes, pero no darles frente a sicarios y similares.
Hay tanta tela que cortar. Existe una percepción social de que las leyes le da beneficios a los infractores, antes que herramientas a los agentes. Pero, siempre hay que ver estos temas desde una mirada de Derechos Humanos. ¿Por qué habrían de tener menos castigos los policías que maten deliberadamente a alguien, que los asesinos sin uniforme que maten deliberadamente a alguien? Yo he sido de la idea de que, en el caso de una falla, en esta misma vida se pague.
Ahora bien, insisto en que es un tema complejísimo y multidimensional. Desde las revueltas de octubre en 2019, todos hemos sentido una polaridad que no solo se demuestra a nivel macro, político estatal, sino a nivel personal. Y, es que, no radica tanto en posturas políticas, sino en una mera contradicción hacia el otro.
El ejemplo más fehaciente que pude evidenciar fue el apoyo de varias personas hacia el uso de fuerza militar, y ya no solo protestas, sino en cualquier momento, que, para mí, radica bastante en un sentimiento de egoísmo e individualidad: “Por favor, cuiden mis cosas, que no me importan las causas por las que la gente esté saliendo a marchar, sino solo mi comodidad”. “Esa persona, que tiene problemas de salud mental y drogadicción está fuera de mi casa y me molesta, por favor, métanle bala”. ¿Se dan cuenta hasta dónde puede llegar el apoyo a una fuerza de control sin control? Todo esto fortalecido con una idea super particular, desde el privilegio, en el cual las movilizaciones sociales son mal vistas porque “no dejan producir”, sin tomar en cuenta que quienes protestan es porque no pueden trabajar.
Y eso que no estoy ni siquiera mencionando a todos los abusos policiales a diario, en contra de minorías como las indígenas, afro, o, como está de moda, en contra de quienes piensan diferente. Todas con el visto bueno de un gobierno y una facción de la sociedad de derecha, que como quiero recalcar, solo piensan en ellos mismo, nunca en el bienestar de la sociedad en general. Solo me hacen fortalecer, en cambio, mi percepción de que #ACAB. Una idea que no es de ahora, sino que a lo largo de la vida se me ha hecho evidente, como hincha de un equipo de fútbol al cual le revisan hasta el occipucio a la entrada a los estadios, como un asiduo asistente a conciertos de rock y metal, en el que cachean igual, e incluso, como un sociólogo con pinta de sociólogo, siempre presa de ojos ajenos que al parecer le veían a uno con traza de delincuente.
"Maldito el soldado que apunta su arma contra su pueblo" - Simón Bolívar
Y no estoy abogando por una total anarquía, a diferencia del JT de hace 20 años, ya que con base en las teorías que detallan la necesidad de control en la sociedad, y viendo la particularidad de la sociedad ecuatoriana, no podemos dejarnos a la buena de Dios. Incluso, las sociedades milenarias manejan un tipo de justicia, comunitario, pero sin los agentes, que es a lo que voy.
No me quiero alargar mucho en esto, primero, porque quisiera generar un debate, y porque sé que ahora la gente no lee artículos que les lleve más de dos minutos, pero quería llegar al punto con el que comencé esta entrada. Creo que la policía y los militares sólo sirven para mantenernos abajo a los que estamos abajo, no para protegernos ni para cuidarnos. Me siento más seguro cubierto por mi comunidad antes que con la presencia de algún agente.