miércoles, 24 de octubre de 2012

La mujer que quiero


Después de los últimos fracasos, caídas, frustraciones, mentiras, decepciones, ilusiones mal encaminadas y demás huevonadas, uno se puso a pensar, finalmente, en el tipo de mujer que desearía. La mujer ideal, si lo quieren poner así, bajo mis preceptos.
Si bien muchas veces los opuestos son los que se atraen, y por ende se complementan, es necesario llegar a un punto medio de encuentro, por lo menos en gustos; es por eso que yo quiero una mujer que escuche buena música. Hay estudios que dicen que la compatibilidad en gustos musicales es un factor determinante para la primera atracción. Me encantaría alguien que escuche Megadeth, Metallica, Maiden y demás. Ojo, que no quiero de esas niñas que no salen de su zona de confort en lo que a música se refiere. También sería bueno que escuche de vez en cuando música diferente, de fiesta, porque la tolerancia es base en una relación. (Sobre todo conmigo)
Algo más o menos así...

Es primordial la alegría en una persona. No quiero alguien que viva amargada por la mayoría de cosas porque luego es uno el que tiene que estar ahí escuchándole sus quejas con cara de gran cojudo y la verdad ya no estoy para esas vueltas. Aparte, una mujer que no sea alegre, nunca va a estar en la misma página con mis amigos,  y alguien que no compagine allí, no tiene ningún futuro.
Vamos una bielita??

Como la mayoría de ustedes saben, disfruto de una copita de jerez con las comidas (ah ah), así que me gustaría alguien con quien compartir esos momentos. No hay peor frase en una mujer que: “ya te vas a tomar con tus amigotes”; así como no hay mejor frase que: “vamos a tomarnos una bielita”. Como siempre decíamos con los amigos del colegio, hay que encontrar la virtud, no quiero alguien que no tome ni la palabra pero tampoco alguien que pase solo en esas, porque entre los dos acabamos con tremenda cirrosis.

Basado en mi experiencia, hay un factor especial en el que tiene que haber un consenso por lo menos, si es que no se ha coincidido. Es el fútbol. Quiero una chica a la que le guste el fútbol. Este deporte siempre ha sido parte esencial de mi vida y si a esta mujer no le gusta el fútbol, no tengo nada que hacer en esa relación. Ahora bien, lo óptimo sería que la niña sea hincha del Barcelona, porque una de las mejores sensaciones del mundo es gritar un gol del equipo de mis amores junto con la mujer que te hace feliz. Parece una tontería, pero es primordial coincidir en esto, porque de verdad que esas diferencias que parecen poca cosa a la final acaban desencadenando peleas gigantes.

A estas alturas de la vida, un hombre más o menos ya tiene diferenciado el fenotipo que le atrae más. Yo, por mi parte, prefiero una chica que no esté tan flaca, que tenga de donde agarrar. Parece que yo sigo estancado en los estándares del Siglo XIX, en donde una mujer con un par de rollitos implicaba salud y riqueza. A mí me parece rico. También, de ser posible, la muchacha no tiene que ser muy alta, que feo que la gente piense que eres el llavero de tu pareja. En cuanto al cabello, se me ha dicho que usualmente las prefiero rubias, pero en verdad no es que tenga ninguna preferencia en ese ámbito. Cualquier color está bien. Rojo, castaño, oscuro, azul. En lo que sí parecen tener razón, es en que tal vez soy un “boob guy” antes que un “ass man”.
En un punto aparte, me gustaría mencionar que esta muchacha no debería estar pendiente del dinero. Tan bien como se puede pasar en una buena discoteca, se puede pasar en  “Mi Socio” conversando. Es en temporada de vacas flacas en donde se puede encontrar una mujer que te quiera de verdad, porque el momento en el que tengas posibilidades, hay el chance de que el cariño pueda malinterpretarse por la costumbre de salir a algún lugar o de gastar en ciertas cosas.
En fin, quiero una chica que me quiera tal como soy, que me busque de vez en cuando, que sea recíproca con el cariño que le dé. ¿Acaso estoy pidiendo demasiado? ¿Será que tal vez mis estándares son incorrectos?
Pd: No malinterpreten esta entrada, porque estoy en un punto en el que todo el proceso de cortejo me parece tedioso, pero eso no quita que pueda expresar el tipo de mujer que me gustaría encontrar.
Pd2: La próxima persona que me diga: “ya va a llegar alguien a tu vida”, “hay alguien ahí afuera para ti”, “llegará el momento que menos lo esperes” u otro de estos clichés, por favor, reclame un quiño a la garganta y un codazo en la nariz en su próximo encuentro conmigo.